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Channel: El Armario de Lula
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Criticonas boom boom

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Está pasando. Son una puta secta. Otra puta secta. Por si no teníamos bastante con las putibloguers ahora tenemos que aguantar a las criticonas. Ayyyy santamariapurisima, las criticonas, esas a las que el blog se les sube a la cabeza y en su paranoia se acaban creyendo periodistas de raza aunque no sepan hacer la O con un canuto y su entradas duerman hasta a un mono tití.

No os preocupéis que ahora lo explico un poquito mejor, seguid leyendo, que hoy vengo aquí a criticonear.

Ya que está de  moda.




Generalmente sus blogs son bastante Zzzzzz, aunque se creen expertas. Siempre criticonean con desprecio hasta la crueldad a periodistas de medios tradicionales (tanto en su versión impresa como digital) y la mayoría de sus víctimas (profesionales, ojo) escriben en revistas o semanarios. NUNCA se critican entre ellas. Ya pueden escribir cualquier mierda, que les da igual, se pajean unas a otras y siempre son muy fans del resto de miembros de la secta (bloggers todas y todos, claro).

Y hablo en femenino porque sí, pero podría hacerlo en masculino perfectamente porque más de una comida de polla absurda he leído por ahí.

Criticonear, igual que cotillear, es un ejercicio divertido e incluso liberador, pero para hacerlo hay que respetar dos reglas muy sencillas:

1- Criticonea sólo en privado y con gente de máxima confianza. Si tienes alguna duda de alguien, por pequeña que sea, cierra la boca y no digas ni Pio. Jamás hay que ser desubicada, jamás. No aceptamos Twitter como animal acuático.

2-Si eres una persona falta de prudencia y te la suda la primera regla, intenta al menos no ser un personaje carente de virtud. Respeta a los que saben más que tú sobre algo y aprende. Que los miles de followers no se te suban a la cabeza, querida, porque eso no significa nada, son sólo un número, putos followers y los followers se pueden comprar (empiezo a pensar que todas han hecho ese acto patético que les pega todo).

Respeta, repito, a los que saben hacer algo mejor que tú porque quizá un día tú tendrás que hacerlo y entonces te retratarás en tu ignorante condición de criticona.




No me digáis que dé nombres porque no me da la gana, además, son demasiadas. Y ya que con este post criticón estoy rompiendo la primera regla, intentaré al menos ser una criticona virtuosa y mantenerme fiel a la segunda.

Mejor me pongo poeta, a ver si lo entendéis ahora con la metáfora del huevo frito:

-Yo no puedo decir que vería cumplido mi sueño si me ficharan en la cocina de los hermanos Roca porque yo no sé hacer bien ni un puto huevo frito. Si me ficharan sería un fichaje falaz, pura reducción al absurdo. Mi sueño tendría que ser, sencillamente, aprender-a-cocinar. Hay dos palabras hermosas en el DRAE que en este punto conviene recordar: Humildad y honestidad.

Si encima pongo a parir a cocineros profesionales que fríen los huevos mejor que yo, pues entonces merezco pillar hongos en un baño público.

Si para rematar me paso la vida dando el coñazo diciendo lo mal que fríen los cocineros (profesionales) los jodidos huevos y luego, de repente, un día me piden que fría yo el mío y me sale un huevo frito mierdero-MEDIOCREEEEEE pues entonces merezco que me corten la cabeza.

Y lo peor, sin lugar a dudas, lo imperdonable, es que ninguno de esos blogs tiene sentido del humor. Es lo que tiene darse tanta importancia, que se te escapa la vida sentando cátedra y te olvidas de reír.

Creo que con esto ya he vomitado suficiente por hoy, ahora podéis darme la razón o criticonearme y decir que tengo envidia.

Envidia, esa gran palabra que de tanto que la usan ya no significa nada.

Besos y amor para todas.

Lula P.

Ya nadie hablará de nosotras (OSCAR 2014)

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Antes de nada, quiero dejar clara una cosa: no soporto a Jared Leto.

Una nenaza que, in my opinión, solo puede gustar a las adolescentes de 1996. Entiendo su rollo repollo de ‘soy molón’ y su postureo en plan ‘lo peto todo el rato’, pero no le compro ni ese pelo largo de ratilla ni esos ojos de mochuelo.




Jared Leto, sin duda, tiene pinta de llorón. Un intenso, un llorica, eso me parece a mí.

Aclarado este punto, viva su esmoquin marfil y su pajarita granate. Gasolina en una gala aburrida de la que solo me interesaron los hombres.

Las mujeres fueron tan Zzzzzzzz que no pienso poner ni una foto de ellas (las que salen, solo aparecen por accidente).

¿Cómo es posible que ellas no sean capaces de divertirse en una noche así? Salvo un poco a Jennifer Lawrence porque su actitud es siempre relajada, aunque ayer me diera muy igual el vestido que llevó. Ella mola todo, aunque parezca que va borracha todo el rato.

Así que paso de hablar de mujeres. Yo hoy solo quiero hablar de hombres.

Michael Fassbender. Amamos tanto a Michael, tanto, tanto, tanto que mi marido sabe ya que por él yo hasta me divorciaría. Y no miento.

Que fuera con su madre a la gala y que encima sea más joven que la mujer de Hugh Jackman...






Que tenga los dientes amarillos y se la sude totalmente. Él sigue sonriendo igual, con esa sonrisa de gato listo.



Una más de Fassbender, una más y ya está. Mirad otra vez esas fotos. Comparadlas con Jared Leto. Pues ESO.



Y luego tenemos a Mateo. Mateo, Mateo, Ma-te-o, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío!!! Cómo es posible que te dejen TEÑIRTE así el pelo???!!!!! Mátame camión!!!!!



Mateo, te amo a tope, pero por dios bendito, tú eres Rust!!! Eres el superpolicía sexy y misterioso de True Detective, deja de intentar parecerte a Andrés Pajares.

Otro que lo petó cantidad es Brad Pitt. A mí este hombre de jovencito no me gustaba por demasiado guapo, pero ahora que no es tan bello y se pone raro, sí le veo su punto. Está viejo y algo se hace en la cara, pero tiene ese toque cool gracias a ese peinados que pocos defenderían con dignidad. Él lo hace.



Por lo demás, empiezo a estar harta de esta fiebre por Lupita Nyong'o. Todo es muy absurdo. Ella mola, pero tanto?????? Estáis seguras???????

In my opinion, Lupita molaría TODO si se liara con Fassbender. Entonces sí sería la diosa de la que hablan. Además, pegan muuuucho, muuuuucho, muuuucho. Necesitamos que Lupita y Fassbender se líen YA.

Pero la tonta va y se enrolla con Jared Leto. Un momento, qué edad tiene? Esta fue adolescente en el 96???? Solo eso lo justificaría.

Como paso de las mujeres de los Oscar, os dejo LA foto del día, de la semana, del mes… Y no hablo del puto selfie, que estoy de selfies hasta el toto.

 Hablo de esta fotaza de AP:



Soñemos con unas uñas rojas que puedan salvar el mundo.

Besos a todas y gracias por esperar.

Lula P.

El garbo de los 90

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Yo tengo los 90 metidos hasta el tuétano. Y vosotras, si ya estáis en el ecuador de la treintena, también. Eso es así, aunque no lo queráis, es irremediablemente así.  Los 90 fueron muchas cosas. Aburridos, perezosos, planos y permanentemente insatisfechos. Pero son nuestra década y se nos nota hasta en el brillo de las pestañas.


Mi manera de caminar es de los 90. Mi forma de peinarme, por dios, este pelo que yo tengo es jodidamente 1995. Me visto y leo como en los 90, aunque no quiera, me sale así.

Voy por la vida creyéndome moderna y muy de 2014 y en realidad me quedé en 1996. El tufillo a 90’s está ahí, por más que lo quiera disimular, mis genes noventeros son los que mandan.


Me compro unos pantalones y cuando me los pruebo me veo muy 2016 (por lo menos). Y entonces empiezo a caminar. Doy un paso y otro y otro. Y de repente me miro al espejo y veo que los 90 han hecho su trabajo y el pantalón me sienta exactamente como me sentaban los que llevaba en 1997!!!!!! 

Eso, queridas mías, se llama ‘el (no) garbo de los 90’. Es así. Os pasa. Y no hay más.


Cuando elijo ropa no me doy cuenta y me creo que molo. Me creo moderna, oyes. Y una mierda!! Siempre escojo las mismas prendas que llevo comprando desde los jodidos años 90. Cómo-es-posible????? Cómo es posible que lleve las mismas camisas, los mismos jerséis anchos, los mismos pitillo (el grunge, troncas, que llevábamos pitillos!!), las mismas camisetas y vestidos de tirante fino…

 Cómo es posible que, a la que me descuido,me quiero poner un vestido con unas Doc Martens? A ver, a ver, cómo es posible?


Y me controlo, porque voy para los 35 y porque tampoco hace falta que me lo ponga. CUALQUIER vestido me sienta como de andar por casa. Es decir, todos me quedan taaaaan de los 90!!!

Y no hablo de esa corriente nostálgica rollo amamos la EGB y esos coñazos que a mí personalmente me dan pereza a tope. Hablo de algo irremediable, de la identidad noventera y de su (no) garbo.

Mi yo noventero. Mi superego 96.

Y ya os lo he dicho, a vosotras también os pasa. Vais por la calle y os veo el vaho noventero. Como las que fueron jóvenes en los 70, que se les nota hasta durmiendo. O las que lo fueron en la movida ochentera, que a esas se les nota hasta cagando.


Nosotras, asumámoslo, siempre parecemos sacadas de un antro sucio y lleno de humo en el que suena Eddie Vedder, hay un futbolín y los chicos llevan las camisas de cuadros atadas en la cadera.


Yo, en los 90, me habría enamorado de Finn. Qué coño!! Yo en mis 90 me enamoré de muchos Finn!!! Por eso he caído rendida a los pies de ese bebé que nació en (hola?) 1991!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Y sin embargo, aquí estoy yo, loca perdida con Finn. 


Para las que no os estéis enterando de nada, Finn es el chico guapo, bueno y callado de My Mad Fat Diary, la serie británica que cuenta las desventuras de una súper gorda que está súper loca. Ya va por la segunda temporada y es la bomba, si no la véis, estáis tardando.

Finn es el chico guapo, el tímido que te sonríe desde abajo, por el que nos desmayábamos entonces.

Amemos a Finn como si estuviéramos en 1996.


Pd: Me doy las gracias a mí misma por no haber hablado de Jordan Catalano en este post.

Pd2: Tenemos que hablar de los meteoritos. Que no se me olvide. Los meteoritos.

Lluvia de runrunes

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Necesitamos runrunes en nuestra vida, eso es así. Si las nuevas ‘necesidades’ no aparecen solas, ya nos encargamos nosotras de buscarlas.

Ahí van unos cuantos runrunes, que sé que os encantan.

-Sujetadores de Base Range. Quien dice sujetadores dice bragas, bodies, loquesea. Los necesito todos, sobre todo este: 



-Sujetadores de Araks.  Pues eso, lo quiero todo. Y de seda. 



-Si nos las hubiéramos comprado cuando las llevó Phoebe, ahora podríamos decir eso de ‘puaj, pero si las llevo desde hace un año!!! Si queréis llevarlas antes de que hasta la choni del quinto las tenga, compradlas ya. 

Yo, obviamente, las quiero. Y eso que no soy mujer de zapatillas. Mis NB 574 están ahí muertas de asco, con ellas me veo tan jubileta ‘salgo a caminar un rato’. Las NB 993 son otra cosa mariposa, con esas corro. Sin embargo estas Adidas son blancas y yo necesito unas deportivas blancas. Stan ven a mí. 


-Ponte todo con brocha o no te pongas nada. Me fascina que brochas tan baratas sean tan finas y enganchen tantísimo. Yo tengo la Expert Face (preferida total), la Blush Brush y la Powder Brush. La primera para aplicar la base, la segunda para el colorete y la tercera para los polvos. 

Me maquillo poco o nada, pero cuando lo hago me creo una experta y empiezo a darme con las brochas como si fuera una adolescente loca en YouTube. Mola y son adictivas. Sí, me refiero a las famosas Real Techniques.  


-Quiero TODO lo de Eyeko. Para empezar quiero la Black Magic Mascara y el delineador de Alexa Chung. Aunque las guayonis quiere la Black Magic en Midnight Blue, yo aún no estoy preparada para pintarme las pestañas de azul. Pero da igual, lo quiero todo, he dicho. 

-Estoy hasta el toto de que se me seque la máscara de pestañas y los eyeliner en gel. Necesito conseguir el Duraline de Inglot, por el amor de dios, por qué es tan complicado comprar Inglot? Que alguien me explique por qué cojones esta gente no envía a toda España? Y esos gastos de envío de 7 euros? Que les den… ya lo conseguiré de otra manera. 

-Peloides. Esa palabra. Yo y mi mascarilla de peloides. La meto en la nevera y me la pongo 20 minutos dos días a la semana. Si tenéis acné juvenil aunque estéis rozando los 40 (como yo) o tenéis la cara con brillos de grasa (como mi amiga S.), necesitáis peloides. Yo compre la de Platea. Hacedme caso. Peloides. Ya. 

-Esto es más viejo que el cagar, pero yo NUNCA había querido probarlos porque los asociaba a los polvos que usan las locas que quieren ir todo el día bronceadas. Y no. Los Meteoritos Clair de Guerlain son la polla con cebolla. Me en-can-tan. Te los pones y parece que no, que menuda mierda es esta, que esto no se nota nada… pero luego empiezas a mirar y observas que gracias a ellos te crees Lady Mary con su cutis como el culito de un bebé. Esa soy yo. 



-¿He dicho que me gustan las brochas? Pues no os ibais a tragar que me pongo los Meteoritos con una brocha de 10 euros!!!!!!!!!!! Yo los metoritos me la pongo con esa maravillosa brocha, que la venden para eso, que es ROSA y tiene ese aspecto como de tia abuela soltera. Igual que el tarrito de los Meteoritos, vaya. 

Por cierto, los Metoritos los acaban de reformular. Mucha gente dice que son una puta mierda y que los otros molaban más, que estos se desmenuzan y blablablá. Yo los otros no los probé nunca, pero AMO estos nuevos.

Ahora vosotras, runrunes?

Besos a todas

Lula P.

Bang, bang

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Estoy obsesionada con las Pistols de Acne. Las bajas. En negro.



Este runrún me corroe desde hace un par de años, pero en los últimos meses ya es OBSESIÓN. 

Son tan caras que doy asco. NO. STOP. 

Bang, bang...my baby shot me down.

Pd: Finn!!!!!!

Éramos tan felices

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No soy una persona nostálgica. Dejo esto claro desde el principio para que entendáis las dimensiones terroríficas de lo que me está pasando. Y todo por culpa de ‘la gorda’. 



No sabía lo que era la nostalgia, hasta este ataque repentino que estoy sufriendo INSOPORTABLEMENTE. Me ha pasado con la última temporada de ‘My Mad Fat Diary’. Por el amor de dios bendito, que alguien me mate!!! No puedo soportarlo más. 


Los ves ahí, tan jóvenes, tan de los 90, tan con sus chupas de cuero y encima te ponen esa música que te revuelve las entrañas y te hace sentir VIEJA. 


Para agravar la situación voy y me enamoro de Finn como si estuviera en 1996.

En serio, matadme YA. Aliviad mi sufrimiento.

La nostalgia es una total pérdida de tiempo. Eso he pensado yo siempre. 

Sentir nostalgia es mentirse, maquillar de perfección unos tiempos en los que ni éramos tan guapos ni tan perfectos. Un ejercicio de onanismo de puro autoengaño. 


Infectada como estoy por este virus de nostalgia, tras arruinar mi vida viendo el último capítulo de ‘la gorda’ (las adolescentes británicas son muy totales con eso: “Finn ruined my life”, me encanta), recordé al pequeño de los Panero en ‘El Desencanto’. En la película de Chávarri, Michi cuenta cómo el día en que murió su padre él, siendo un niño, corría por los pasillos gritando “Éramos tan felices!!!”. 


 La primera vez que vi esa película estaba a punto de salir de la adolescencia. Me gustó mucho, la recordaba intensa y con cierta profundidad, me dejé seducir por los personajes de la familia Panero-Blanc.

Diecisiete años después, volvió a atraparme, pero de forma muy distinta. 

Donde veía intensidad, profundidad o incluso una brisa de dialéctica, en esta segunda vez vi pantomima, impostura y mamarrachada. No la película en sí, que sigue siendo igual de importante, igual de buena, que te atrapa igual. Me refiero a los Panero. 


Aparte de irritarme esa gente histriónica y pagada de sí misma hasta el absurdo, sentí la irremediable nostalgia por la juventud, la insoportable levedad del ser que se adivina sobre todo en la figura del guapo y jovencísimo Michi Panero. “Un chico mono”, como se describe él mismo. Un chico, por cierto, de aspecto atemporal. Podría encontrármelo ahora por la calle sin reconocerle el tufo a los 70. ´Todo un mérito ;P 

Cuando ya sabes cómo acabó, cómo envejeció de mal, como bebió hasta morir, es imposible no hipnotizarse con ese Michi veinteñero, guapo, lánguido y simpático.


Imposible no sentir ternura por la única persona en esa peli que no se hace pajas pensando en su buena literatura ("Literatura de frases, mala literatura").

 Michi es lo único que vale de verdad la pena de esa historia y, sin embargo, dudo que él se dejara consumir por la nostalgia. Era un vividor y a los vividores les molesta hasta el futuro, imaginaos el pasado. 

 ‘El desencanto’ desenmascara la gran mentira de la nostalgia en la que todos alguna vez caemos. 


Yo, como os digo, llevo días en el pozo este de la nostalgia y por favor que alguien me saque ya. Pero es que ha sido ver a Rae y a Finn, a the gang… escuchar esa MÚSICA que te raja de lado a lado el estómago y te rompe el corazón. 

Ver las camisas de cuadros, las gafas redondas… los cinturones con hebilla en forma de flor (hola?????!!!!). 

Cuando era adolescente en los 90 hice teatro un par de años. Recuerdo leer una vez a Shakespeare diciendo que “el pasado es sólo un prólogo”. Y así he vivido yo. 

Hasta ahora. 

Dios, que se me pase ya!!!! 

Espero que Don me lo cure todo. 

'Debemos alimentar el deseo y debemos estirar el alma por todas partes, como si fuera una calle infinita'.

 
Un beso a todas y perdón por la intensidad.

El próximo post irá sobre cepillos.

To-be-continued.

Lula P.

Me gusta todo

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Escuchadme.

Escuchadme un momento.

Me ENCANTA que me echéis de menos. Probablemente soy la peor blogger del mundo, pero tengo las mejores lectoras ever.

Ni si quiera es por pereza, es que no tengo ni puñetera idea de qué coño poner aquí. Y no es culpa mía! Tengo yo la culpa de que todo sea insoportablemente aburrido? Tengo la culpa de toooooodo el mundo lleve las mismas Birkenstock, los mismos shorts obscenamente cortos... Las mismas Persol (desde que las descubrieron las marimechas... Dios, qué dolor)? 

Zzzzzzzzzzzzz

Ya había dado esto por muerto hasta que hoy he abierto el buzón de correo -aprovecho un pestañeo para agradecer a todas las que me habéis escrito, alguna incluso temiendo por mi estado de salud en un mail muy loco que me hizo reír un rato. Gracias, me he sentido tan así-.

El caso es que hoy he abierto el correo de este blog y me he encontrado con una buena noticia. Una lectora que ya me había escrito antes me cuenta que ya ha abierto su tienda, un lugar en el que no hay nada que no querría para ella. 



Por lo que he podido ver, en Això todo es bonito. Las alfombras, las lámparas... Los sillones de mimbre! Me gusta todo y como estoy segura de que a vosotras también, pues os lo cuento aquí.


Además, me gusta ver que detrás de cada comentario y mail de este extraño blog hay una historia. Y la que me cuenta B. con su tienda y sus viajes me pone de buen humor.

B. espero que no te importe que te haya cogido prestadas las fotos.




Por lo demás, os cuento que quiero ser francesa, que estoy de vacaciones por el sur de Francia y que, aunque aquí todo el mundo -o sea, TOOOOODO el mundo- lleva Birkenstocks, a mi no me importa. 

Quiero ser francesa a tope, que mi casa y mis armarios huelan a lavanda todo el año y que mi piel sea suave y lisa como la de la morena de Les Revenants, como la de Kate Blanchett en Diario de un Escándalo -en esa peli tiene cutis de megafrancesa-. 

Os creéis que es por la Embryolisse y el agua de Bioderma, pero es mentira cochina. La piel de las francesas no la venden en las millones de farmacias que hay por aquí.

El pelo tampoco.

Os voy a decir el gran secreto de estas cabronas: el agua del grifo. Esto suena un poco a loca de la colina, pero eso es así. Cada día que paso aquí mi piel es más francesa y mi pelo ni os cuento. Una mañana de estas me levantaré hablando francés y será muy fuerte e impactante. 

Pero con la boca no hay manera, por culpa del Mistral los labios se cortan y no hay potingue francés que los arregle.

Como la invasión exagerada de Birkenstock es preocupante he decidido que necesito las Popee de KJacques o las Sahariennes de Rondini. 







Son taaaan Saint Tropez, pero también taaaan Capri y Jacki O.






También he pensado en las TKEES, pero los casi 80 euros que cuestan en Europa es un absurdo (en EEUU valen la mitad, andaYA).




Así que Popee o Sahariennes?


Y sí, Mistral es una palabra hermosa. 


Un beso a todas

Lula P.

Francesísimas

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Aviso:  Estoy recién aterrizada después de haber pasado las últimas semanas en la Provenza francesa y tengo los niveles de francesismo muy altos, así que hay muchas posibilidades de que me ponga en plan pesada oui c'est moi durante un par de post. Si estás hasta el toto de las francesas, de sus pelos y sus cutis y sus cremas y de mi obsesión en bucle con ellas PARA DE LEER JUSTO AQUÍ. Ya te avisaré cuando cambie de runrún y me dé por las noruegas.

Primero de todo: las francesas solo molan de verdad en París  y en Arles. Podéis añadir si queréis Saint Tropez o Gordes, pero yo no. La bohemia de París y Arles no la encuentras ahí.

Otro aviso: No conozco Francia entera, pero como este es mi blog he decidido generalizar lo que me de la gana y decir que las francesas solo molan en París y en Arles. Si hay más sitios así ya os encargaréis de decírmelo vosotras en los comentarios. Ok? Pues sigamos...

Dicho esto voy a centrarme en las francesísimas. Porque una, como el cine, puede ser francesa o francesísima y yo, queridas mías, quiero ser (mega) francesisima.

Para ser francesísima NUNCA hay que arreglarse. Arreglarse es de paletas y provincianas. Arreglarse es de cuarta división. Da igual que se case tu hermana o tu tía de Albacete (un saludo a las de Albacete), si eres francesísima no irás arreglada ni muchísimo menos peinada de peluquería. Diciendo esto no descubro nada, eso ya lo sabéis todas las iniciadas en el francesismo.

Y no tiene nada que ver con el normcore ese, que gracias a dios se ha pasado la moda de usar esa mierda de neologismo inútil y feo, porque normcore es una palabra horrorosa.

Estaba en Gordes cuando Garance Doré posteó la boda de su amiga, que se casó sin maquillar y con coleta de colegiala despeinada, porque si molas y eres francesísima te casas así. Sabes que con esos dos vestidos no necesitas nada más.

Para ser francesísima hay que estar delgada o delgadísima. Eso es así.

Aunque joda.

Las francesísimas no llevan joyas, sólo alguna joyita de Gigi Clozeau. Gracias a mis autofrenos ABS no me compré un collar de bolitas -o el solitario-, pero ha sido poner un pie en España y arrepentirme con mucha fuerza de no haberlo hecho.





Ideales. Para no ser bisutería, tampoco son taaaan caros. De oro (blanco, rosa o amarillo) y bolitas de resina del color que quieras. El de oro y solo bolas eran 240 euros (quiero decir liso, sin cruces ni nada colgando, el que me habría comprado... O el solitario de 300 y pico? Duda que no tuve, porque me frené mucho todo el rato).

Son muy finos, etéreos, francesísimos. Yo quería uno con las bolas oscuras, pero mis ABS hicieron pronto su trabajo y no me dio tiempo a saber si lo necesitaba negro, azul oscuro o morado.



La única manera de consolarme es pensar que existen altas probabilidades de que en un par de años se pongan muy muy muy de moda y aparezcan clones baratos que haga alguna rubita o morenita y entonces los lleve todo Cristo y eso sí que no. Ahí yo ya no querría llevar el mío de verdad porque mi religión de überesnob no me lo permitiría.

En cuanto a las farmacias ( sé que estáis esperando esto desde la primera línea de este post), voy a saltarme el rollo de hablar de la Embryolisse, Bioderma y Homeoplasmine, que de esas ya hablamos hace mucho.

Os hago una lista de potingues, quizá los conozcáis ya todos o sólo algunos. Aún así, espero que os sirva:

-Cattier. Las mascarillas de arcilla. Creo que las francesísimas son adictas a la rosa, para pieles sensibles, pero yo me compré la de arcilla verde (piel grasa) y amarilla (piel seca). Raro? Sí, sobre todo porque me gustan mucho las dos. Cuestan 3,5 euros cada una. Ni Deliplus, por dios. Yo me pongo la mascarilla y ya me creo que sé hablar francés.




-Embryolisse contorno de ojos. Yo no noto nada extraordinario. Hidrata normal, pero los contorno aquí cuestan el doble, así que ya va bien. Pagué 15 euros.


-Embryolisse Elixir Eclat. No lo compré, estaba tacañona. Y ya me estoy arrepintiendo. Es de la línea de Secretos de los Maquilladores. Viene a ser un primer para poner antes de la base. 25 euros.


-Embryolisse Eclat du Regard. Tampoco lo compré, aunque no me arrepiento. Lo pongo por si a alguna se le queda el runrún. Esto sería como el rolón desastresante para el contorno de ojos de Kielhs, que a mi particularmente no me hizo nada. Aunque supongo que como prebase para el maquillaje irá bien. Sobre los 20 euros, si no recuerdo mal.


-Aceite de Nuxe. Ya sé que lo conocéis todas, pero es que allí cuesta menos de la mitad que aquí. El bote grande 19 euros, el pequeño 9. Yo NO uso aceites, pero me lo he vuelto a comprar igual. En plan impulso loco. El año pasado me compré el pequeño y este el grande. Para qué luego digáis a que no soy francesísima, coño.  



-Agua de belleza de Caudalie. Ya sé que mucha gente la pone verde, que si lleva alcohol y mentol y no sé cuantas hostias más. Me da igual. Es la polla. Me encanta. El año pasado me traje 2 botes pequeños que cuestan 9 euros cada uno y son perfectos para el bolso y esta vez el bote grande (27 euros, aquí vale algo más de 40, creo).



-Dermophil. Garance habló de este cacao, yo no lo he comprado porque uso el de Nuxe que me va genial (el de miel, tanto en tarro como en barra). Además, cuando los labios están cortados de verdad, sólo sirve la Homeoplasmine (el tubo grande -el mismo que venden aquí- cuesta allí 4,5 euros y el pequeño -tamaño ideal para el bolso que además lleva la boquilla fina- 2,5 euros).

-Serozinc, de La Roche Posay. Mi radar me dice que tiene que ser la pera limonera, pero no lo he comprado. Me arrepiento. Es un vaporizador que hasta lo usan los hombres para después del afeitado. Ya lo compraré la próxima vez. 5 euros. 



-Esprais desenredantes de cabello. Yo aún no he caído en el rollo del champú seco. Me lavo el pelo cada puto día, así que sinceramente no creo que me haga falta. Pero los desenredantes sí, sobre todo porque tengo una hija de cuatro años y medio que no me deja que se lo corte porque quiere ser Frozen, Rapunzel y Mononoke, las tres princesas a la vez. Están estos dos de Klorane, versión adulta e infantil. Molan. Unos 7 euros cada uno.





-Y ahora un tema apasionante. Las francesas no hablan de esto, pero como al fin y al cabo yo soy española hasta la médula: dentífricos!!! El maravilloso mundo de las pastas de dientes y los colutorios!!!!

Mi preferido de TODOS, pero de todos los del mundo entero, es Denblan, de Darphin. El dentífrico perfecto, in my opinion. Suave pero fresco. Lo recomiendo mucho. Allí cuesta 6 euros, pero también lo venden en España.



Y luego tenemos el de Botot. He leído por ahí que se considera la primera pasta de dientes de la historia, que lo hizo nosequién por encargo para un rey francés porque en aquel entonces usaban cosas muy agresivas para lavarse los dientes (si quieres saber más, búscalo en Google, que están todos los detalles que a mi me parecieron interesantísimos pero soy incapaz de memorizar). 

Por cierto, aunque se hace en Italia, es un producto francés. 

Punto a su favor que todo es a base de ingredientes naturales. Otro punto es que el tubo es ideal, nada que envidiar a los hipsterísimos Marvis.


El tubo cuesta unos 4 euros y también tenéis el colutorio. Os gustará si preferís el sabor a anís y regaliz. A mi no me acaba de convencer, prefiero algo más fresco.

Luego tenéis Elmex, francesísimo bestseller entre los dentífricos de farmacia francesa. 

Y creo que ya está. 

El post ha sido interminable, así que a las que hayáis llegado hasta aquí: os amo a tope.

Un beso a todas

Lula P.


Lo sexy de la longevidad

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Ocurre cuando las ves en la intimidad. La longevidad de una pareja me resulta tremendamente sexy, con su mezcla de sabiduría y pragmatismo, cuando notas que el amor es algo más y se escurre entre las sábanas.

Si habéis visto 'Don,t look now' sabéis de lo que estoy hablando.




Esa escena de Donald Sutherland y Julieta Christie haciendo el amor resume en cierto modo porqué me gusta tanto llevar media vida con mi marido. Hay cosas que es mejor no explicar, por innecesario, porque corres el riesgo de empacharte con las palabras y porque simplemente son sensaciones y las mejores sensaciones se suelen tener en silencio.

Por eso tenéis que volver a ver esa escena una vez más. Y otra.


Y otra.



Y otra!



Esa escena contiene todo lo que intento decir en este post y probablemente no consiga. La suerte es que puedo desviarme y hablar de Julie Christie, que no se puede ser más bonita que ella en esa película.




Era en 1973 y yo quiero su pelo en pleno 2014. Y sus jerséis de lana y sus faldas por debajo de la rodilla y sus abrigos de solapa ancha, sobre todo sus abrigos, y hasta las botas altas de piel roja. Si yo me pusiera esas botas parecería una troyana loca, pero ella las lleva como una jodida reina veneciana.



Yo este otoño quiero ser Julie Christie. Lo quiero mucho y muy fuerte, ser como Julie Christie en los 70, con ese cutis y ese pelo y esos colores otoñales que tanto echo de menos (hartísima de verano como estoy).


Esa escena de cama, tan rematadamente sexy, tan sorprendentemente normal.



Y la siguiente de ella arreglándose en el baño con el juego del pintalabios y ese pelo, que quiero ese pelo.



Lo que me provoca una pareja de desconocidos en la intimidad no tiene nada que ver con eso. Dos personas que no se conocen pueden ofrecer una imagen sexy, pero desde luego de un tipo muy diferente. Un sexapil imberbe, torpe, académico.

Las longevas me gustan más, como la de Tom Cruise y Nicole Kidman en 'Eyes Wide Shut'. La escena de ellos dos en la habitación la puedo ver en bucle hasta el infinito sin apenas cansarme ni hartarme.



Y otra cosa importantísima: los baños en suite. Pocas cosas en esta vida me parecen más sexis que un baño en suite. Ahí dejo esa rareza.


Porque cuando uno lleva 20 años (o 14) con la misma persona no hay postureos que valgan y eso, rediós bendito, me encanta. 

Esa escena de 'Before Midnight' en la que Ethan Hawk y Julie Delpie (segunda Julie en este post, súper casualidad) están en la cama del hotel intentando hacer el amor y ella sin parar de hablar y de repente entran en pelea y ella se levanta y discute tal cual está, con el vestido bajado hasta la cintura dejando los dos pechos al aire, sin importar lo más mínimo, sin hacer ni un solo gesto de recolocarlo... Esa escena es la puta hostia, real.



Me gusta cuando dos personas se conocen mucho y aún así se siguen atrayendo hasta la locura.



Tenía que ponerles a ellos. Porque se casaron dos veces y la primera duró 10 años y las imágenes de los dos juntos son pura dinamita.




Richard Burton y Elizabeth Taylor, la virgen, cómo debía ser aquello.



Un beso a todas

Runrunes de otoño

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Este verano tozudo se resiste a acabar. Y yo quiero que termine, que termine YA.
Definitivamente, me estoy haciendo insoportablemente vieja. Y no lo digo porque me cuelgue el culo (que me cuelga), ni por estas canas que crecen rápidas como las ortigas en el patio de un colegio (que también).
Lo digo porque a mí antes me encantaba el verano, el calor y la playa y los tirantes y los labios en fucsia y las sandalias y las montañas de helado de vainilla.




Pero ahora NO.
Antes odiaba el invierno y el frío (aquí viene cuando digo algo tan divertido como “yo es que soy de sangre caliente”).
Pero ahora no, ahora no, ahora no, ahora quiero que acabe este calor que me quita el aliento y que baje de una puta vez la presión atmosférica. Cuándo coño me había fijado yo en cómo está la presión atmosférica? Pues lo hago. El calor y la presión atmosférica tienen la culpa de que me pesen hasta las pestañas y que no pueda con mi vida.

Lo digo aquí y ahora: odio el verano.
Y vivo en una jodida isla mediterránea con los índices de humedad estival preocupantes.
Esperad que os lo vuelvo a escribir: el índice de humedad y la presión atmosférica. Una puta pesadilla.
Lo que yo quiero es que llegue el otoño y dormir arropada y que me apetezca tomar infusiones calentísimas de COLA DE CABALLO.
Té matcha????? Desde aquí lanzo un llamamiento a las fans de la cola de caballo, tanta gilipollez suelta por ahí cuando tenemos la cola de caballo, tan del Mercadona, con lo bien que nos va para creer que eliminamos esos líquidos que no son más que kilos acumulados durante este insoportable verano.
Os digo una cosa, yo he tomado té matcha en Japón y es una puta porquería, sabe a detergente barato. Y tomé mucho, porque en ese momento quería ser japonesa, pero yo era la única occidental en Japón capaz de tomar esa mierda que ahora resulta que si no la tomas no eres guayoni. Avisadas quedáis.
Y ahora al tema, que este iba a ser un post rápido de runrunes:

-Chaquetas largas. El año pasado me compré una de lana a rayas anchas en negro, azul marino y gris en Cortana. Un chollo rebajadísimo que encontré en una pop up que hizo antes de Navidad. Me la puse mucho y me creía moderna porque al menos por aquí no se veía a nadie con chaquetas largas de lana. Es una chaqueta realmente bonita, como un kimono pero de lana, que me compré porque me recordó a las que tenía en los 90 (otra vez la nostalgia, que me hago vieja, coño). Luego este verano sacaron unas en HM y la pillé en azul marino por dos duros, esa tiene botones delante y es de punto fino. Y ahora veo chaquetas largas por todas las revistas y en Zara y por todo el globo terráqueo.


A mí esta moda me gusta mucho porque las chaquetas son largas hasta casi el tobillo y ya os he dicho que me cuelga el culo, así que todo lo que haga esconder eso me parece una puta maravilla.


La de Cortana me la pongo con todo, con las Adidas, las Converse, con botines de tacón ancho, con pantalones de sastre ancho y zapatos cordados… La quiero llevar todos los días, pero me aguanto.

-Americana blanca. Hola soy Lula y no tengo americana blanca. Ni negra. Este invierno tengo que solucionar este detalle vergonzante de mi vida. He visto las de American Vintage y son muy chulas. También he visto la de 30 y pico euros por HM. La única condición que pongo es que sean larguitas y lleguen como toca a la cadera.


-Jersey granate. Tiene que ser ancho, me da lo mismo si de cuello alto o redondo, pero ancho. Y si no es granate, pues rojo. No tengo nada rojo. Tengo que poner algo rojo en mi vida cuanto antes.





-Llevar todo el invierno media melena. Os he dicho que quiero ser francesa? Además, el pelo largo es para el verano. Yo ahora soy chica de invierno y todo el mundo sabe que nada queda mejor con los abrigos y los jerséis de cuello alto que una estupenda y sofisticada media melena.

-

-Candelabros. Quiero llenar la casa de candelabros. Porque la palabra candelabro es realmente bonita y porque ya sirven para poco o nada y por eso me gustan tanto.


-Gris total. Habíamos olvidado el gris y eso es imperdonable. Quiero volver a ir entera de gris, aunque sea morena y siente mejor a las rubias.

-Y por último, el runrún de los runrunes. Pero para saberlo tendréis que esperar un tiempo #mecreorica

Un beso a todas.

Lula P.

Esto no es un post

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Es un minipost.

Esto es otoño:


Y esto:


Siempre llevo los pantalones sastre con zapatos masculinos, pero ahora quiero que me lleguen a los tobillos y llevarlos con botines de tacón. Quiero eso!

Y quiero volver a ver todos los capítulos de You'r are the worst. Porque mola, porque la pareja protagonista tiene una química adictiva, aunque algunos chistes me parezcan directamente malos. Me da igual, me gustan mucho ellos dos y el amigo zumbado y la amiga ahuyenta-hipsters. 
Me gusta que escupan cuando practican el sexo oral. 
Me gusta mucho You're the worst.


Y esto no ha sido un post, ha sido un minipost, porque soy vaga,
porque soy LO PEOR.

Besos

Doñas perfectas: Daphne Javitch

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Internet está haciendo mucho daño. Lo digo en serio. Y no hablo de que los digitales estén matando el papel, ni de los peligros del big data ni de nuestro desamparo ante las redes sociales y esa nube que nadie entiende. 

Lo peor de todo en internet son esas jodidas doñas perfectas que viven en Nueva York, Londres y París.

Pensadlo, sin internet no sabríamos quién cojones son, viviríamos felices en nuestra inconsciencia, tan campantes con nuestra imperfección y paletismo. Sólo desearíamos parecernos a las modelos y estrellas de cine, que son un sueño, de otro planeta, y una no pierde tiempo ni esfuerzos en intentar parecerse a alguien que desaparece con el despertar. 

Pero internet nos ha arruinado la vida.

Nos ha jodido de mala manera.



Ahora aunque vivamos en un pueblucho de mala muerte, en una provincia sin más alma que la de un cochinillo caliente, sabemos quiénes cojones son Daphne Javitch y el resto de doñas perfectas de las que ya iremos hablando.


Por eso internet es una GRAN putada. Y las doñas perfectas unas cabronas de mucho cuidado.

Esperad un momento que voy a morirme un rato del asco y de la envidia.

Yo no quiero saber quiénes son, intento huir de ellas como de una vara verde, pero internet se empeña en restregármelas a ellas y a su insoportable perfección.

Vamos por partes, hablemos un poco de la hoy, Daphne Javitch, una petarda que vive en un piso asquerosamente perfecto en el Soho de NYC, del que podéis ver por internet -una vez más, puta internet- hasta el último e insignificante y siempre perfecto rincón de mierda.


Además del piso perfecto, tiene un marido que está muy bueno, con el que se casó hace poco en una boda insufriblemente perfecta y relajada -de la que por internet podéis ver también fotografías de hasta el último pedo que se tiró el último jodido invitado perfecto-.


Una boda, por cierto, en la que había dos tipos de invitadas:

-Las doñas perfectas  (de una de ellas ya hablaremos aquí otro día)
-Garance Doré.

Ay Garance, que de tan imperfecta que es ya empieza a caerme bien y, además, me solidarizo con su cara continua de "estoy realmente jodida desde que el enano me dejó". 


Daphne es tan jodidamente perfecta que sabe que lo mejor es no maquillarse ni peinarse el día de tu boda, poruqe si llevas dos vestidos -el segundo era en realidad una falda- como los que ella llevó, sobra cualquier mierda que te quieras poner encima. 


Creo que jamás he visto una novia que mole más que Daphne Javitch. Nunca. Punto. Hasta quiero volver a casarme para no maquillarme ni peinarme ni llevar sujetador. Que ya me diréis vosotras la tía petarda que se casa así, tan ideal y sin sostenes cuando ella tiene una firma precisamente de eso, de ropa interior (Ten Undies). Hay que ser asquerosamente perfecta, por dios. 



No lo puedo soportar.



Y que alguien me explique cómo coño puede vivir en ese piso del Soho neoyorquino haciendo bragas y sujetadores básicos... Vale que los venden en Barneys, pero ven-ga-ya. Nenas, que está tía no fabrica ni vende millones de bragas en serie!!! Que no lo entiendo, coño. Llamadme provinciana.


Mirando a Daphne y al resto de doñas perfectas veo que:

-Lo mejor es no arreglarse nunca o casi nunca. 

-Si te arreglas, no te maquilles ni te peines (aunque lo de la melena despeinada se le está yendo a más de una francesísima de las manos, desde aquí lo digo ya).

-La ropa que lleves tiene que ser lo más cara que te puedas permitir. 

-Las telas acrílicas huelen a pueblo, a cochinillo y a polígono. Huelen a Mari.

-Ser la más guapa de la fiesta, de la cena o del local es francamente difícil. No te confíes a eso, ni lo intentes. Intentarlo es de paletas. Las doñas perfectas no quieren ser las más guapas, quieren ser las más cool. 

-Mejor lo clásico que lo moderno.

-Viva los 501.

-Intelectualidad o morir.




Y ahora me voy un rato a cortar las venas.

Un beso a todas.

Lula P.


Ni viejas ni cuquis

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Últimamente se hace vieja mucha gente. Hay como una especie de histerismo muy loco, como si los nacidos en los años 70 tuviéramos que ser jóvenes para siempre. 

Y sabéis qué os digo? Lo entiendo per-fec-ta-men-te. 

Yo tampoco estoy preparada para ver envejecer a las chicas cuquis de las pelis que veíamos en los 90. Mi cerebro aún piensa que Meg Ryan es cuqui y Julia Roberts y Winona y todas esas actrices cuquis súper cuquis.


No puedo procesar tanta vejez.

Ver a Samantha Jones haciendo de sexagenaria ennortada en ‘Sensitive Skin’, además de ser un soberano aburrimiento, me parece doloroso. Y encima con marido absurdo que no le pega nada.


Y a Chunchuna Villafañez, qué??? Qué me decís de la bella Chunchuna??? Cómo es posible que una mujer taaaaan bellísima pueda envejecer? Por qué???!!!! 


Cuando hizo ‘La historia oficial’ en el 85 ya era mayorcita, pero seguía siendo impactantemente hermosa. 



Con esa belleza perfecta, llena de carácter (y la ropa que lleva en esa peli!!! aunque sea frívolo decirlo, pero chicas, el vestuario de esa película es la polla). 

Ay Chunchuna, la bella Chunchuna, que ahora es una ancianita con millones de historias interesantes que contar.

Y qué me decís de Isabella Rossellini? 


El otro día entré en shock cuando la vi en 'Late Bloomers'. Hace dos putos días salía en los anuncios de Lancome como si no fuera a hacerse vieja JAMÁS. 


Y de William Hurt qué? Uno de mis hombres preferidos ever. Se acabó, no puedo soportarlo. William yo te amo igual, aunque ahora te cuelgue el culo.


Y por qué duele tanto? Porque si ellas envejecen, entonces nosotras también. No hay más.

Envejecer no tiene nada de malo, todo lo contrario. Crecer es lo mejor que hay. Envejecer es bueno, envejecer es bueno, envejecer es bueno...

Envejecer es bueno, pero la vejez es fea. Ese es el problema.

Me gusta hacerme vieja, en serio, mi cabeza funciona mucho mejor que cuando tenía 20 años y eso es una puta maravilla. 

He vivido momentos históricos. Y los he VIVIDO yo, no me los ha tenido que contar mi padre ni un profesor. YO contaré dentro de pocos años a mis hijos toda esa historia que forma ya parte de mi memoria vital. Y eso me ENCANTA. Hemos vivido cosas importantes, cosas que han cambiado nuestro mundo.

Me gusta tener canas, pero no entiendo por qué mi agujero izquierdo de la nariz es cada vez más pequeño ni por qué mi teta derecha se vuelve cada vez más grande que la otra. Misterios rarísimos que solo noto yo y que achaco directamente a la edad. 

La vejez rompe la armonía de nuestro cuerpo y el mío empieza a distorsionarse de una manera francamente rara.

Pero soy joven, coño, tengo 35 años  y el culo aún razonableme prieto. Viva yo.

Ya hablaremos cuando nos venga la menopausia.


Un beso a todas.

Lula P.

Pd: Y que conste que lo importante está en el interior y lo que yo quiero es la paz en el mundo.

Mis vaqueros favoritos

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Los 501 molan tanto que me entran ganas de llorar cuando los veo. Me hacen feliz. No comprendo cómo fui capaz de tirar todos los míos allá por el 2002. Fui vergonzosamente gilipollas. Tirar mis cuatro o cinco Levis para llevar luego pseudovaqueros de mierda de Zara, Mango o, aún peor, Pull and Bear... A quién coño se le ocurre!! Idiota.

Pero el año pasado remedié mi gran fallo y me compré unos maravillosos y rebajadísimos que me pongo sin parar. Son vaqueros de verdad y no esa tela fina y elástica que venden por ahí, son sexis y nos pertenecen, porque las nuevas generaciones no tienen ni puta idea de lo que es suplicar a tus padres con millones de porfavores que te compren unos Levis etiqueta roja. Yo sí lo sé, los pedí durante meses como una pesada hasta que me compraron mis primeros 501, que llevé a diario varios años.

Lo mejor: Sigo llevando la misma talla. Cómo no los voy a amar muy fuerte?

Hay dos normas con estos vaqueros:

-Que sean una talla menos (o dos si consigues pasarlos por tus caderas, aunque los primeras semanas tengas que ir con los dos primeros botones sueltos). Acordaos de que siempre teníamos el problema de que se cedían muchísimo y por eso los lavabámos demasiadas veces, porque sólo conseguíamos que quedaran como queríamos durante las primeras horas después de salir de la lavadora.

-Que la talla de largo sea más bien corta, hasta el tobillo, para respetar su pespunte original en los bajos. No hay que llevarlos demasiado largos y nunca, nunca, nunca con el bajo arreglado.

Prometo no volver a renegar jamás de mis vaqueros favoritos.

Besos a todas

Be Cameron, my friend

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Yo en 2015 quiero ser Cameron Howe. Quiero ser un genio de la informática, llevar el pelo corto y rubio platino, pantalones de tiro alto y camisetas sin sujetador y ser una puta diosa con americana roja.

Pero sobre todo lo que yo quiero para 2015 es ser EL FUTURO.

Be the future.

Be Cameron, my friend.






Casi lloro cuando apareció con esa americana roja. Nota mental: copiarla todas las veces que pueda durante 2015. No lo olvides, copia eso todo el rato. Tiene pinta de ser de YSL. Joder. Necesito esa americana, queridos Reyes Magos...


Cameron viste como le sale del toto, porque ella no necesita ponerse guapa. Ella ES guapa, pero se la suda, porque es un ser superior. EL ser superior. La superhembra que necesita follar cuando su mente se bloquea. Pegar un polvo para desbloquear tu cerebro. Un uso pragmático del sexo que, al contrario de lo que muchos creen, es TAAAAAAN FEMENINO.






No sé cómo, pero seré Cameron, aunque me pille justo cuando empiezo a ser, irremediablemente, el pasado.



Un beso a todas y felices fiestas.

Lula P.



Se lleva el rojo

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Aclaración previa: No os preocupéis que no voy a escribir la palabra marsala en este post. La próxima que vez que lea marsala en algún periódico, revista o sucedáneo me arrancaré los ojos. Lo juro.

Hoy os voy a contar un incidente que me ocurrió hace pocos días que os confirmará que mi grado de retraso mental ha llegado definitivamente a su cota máxima. 

Yo, retarded. 

Totally retarded.

Resulta que hace poco estuve en París una semana. Todo fue muy genial y sigo queriendo ser francesa o megafrancesa. Las parisinas son todas taaaaan perfectas, relajas, con esa piel y ese pelo y esa ropa y ese TODO. Es terrible porque Paris me fascina y a la vez me hace sentir, como dice una amiga,  "tan de municipio". Complejo de municipio, mi amiga debería acuñar ese concepto maravilloso y aterrador, tan preciso y revelador. Tan verdad. Nos pasa en París, Nueva York, Londres y Estocolmo. En Madrid no, aunque la amemos, no tiene ese poder sobre nosotras.

Total, que me metí en el APC de Montmatre para comprar los famosos raw jeans. Tardé un cuarto de hora en poder abrocharme los pantalones. Literal. Un puto cuarto de hora sudando como una cerda, con la cara roja y llena de chorretones por el hercúleo esfuerzo de apretujar mi culo y mis piernas en unos pantalones que EVIDENTEMENTE eran varias tallas menos de la que necesito. 



Creo que casi lloré cuando por un momento se me cruzó el pensamiento peregrino de que no conseguiría abrocharlos. 

Pero lo conseguí. Por mis cojones que lo conseguí. Metí ahí dentro todas mis carnes amorcilladas y salí del probador apenas pudiendo dar un paso tras otro con dignidad.

Estaba embutida en esos pantalones, que me hacían culocarpeta, cuando de repente ese ser encantador que tienen por dependiente dijo dos palabras mágicas en una misma frase: 

-Tienes que tener FÉ en tus JEANS. 

O sea, hola?!! Holalá!!!! FÉ en mis JEANS!!!!!

Para colmo, cuando ya estaba a un pelo de desmayarme después de llevar metida dentro de esos vaqueros del demonio más de media hora -tres cuartos si contamos el prólogo infernal del probador-, el menda lerenda va y me suelta que "lo de estos vaqueros es como una religión" y que acabarían siendo mis pantalones FAVORITOS EVER.


Esa fue la gota que colmó el vaso, la que despertó al monstruo esnob que llevo dentro. Así que pagué con PLACER  por unos vaqueros pequeñísimos y casi tan absurdos como yo. 

Evidentemente, el chico tenía razón.

A los dos días ya no tenía que esforzarme en abrocharlos. 

A la semana ya podía agacharme a recoger las llaves cuando se caían al suelo.

A las dos semanas me iban perfectos. Su tela aún estaba tiesa como la mojama (cuando los compras directamente se pueden mantener solos en pie) y creo que tardarán meses o años en desgastarse. Pero da igual, yo soy paciente y tengo fe.

A las tres semanas, después de llevarlos prácticamente a diario, me quedaban aún MÁS perfectos!! Cada vez que me los ponían me daban ganas de hacerles la ola yo sola.

Hasta qué hace unos días ocurrió justo lo que tenía que pasar para ponerme en mi sitio.

Y a partir de aquí prestad mucha atención porque os voy a contar mi terrible incidente y eso probablemente cambiará vuestro concepto de este blog y de mí, si es que tenéis alguno. En cualquier caso, hasta yo he cambiado el concepto de mí misma a raíz de este desgraciado acontecimiento. 

Hace un par de días salía yo tan tranquila del trabajo con mis vaqueros de APC puestos, que de ponérmelos a diario ya me quedaban perfectos. 

Estaba tan feliz que hasta le había contado a mi marido -que pasa pueblos de estos temas- que son unos vaqueros un poco especiales, que el de la tienda me dijo que no los puedo lavar por nada del mundo y que si lo hago, que sea dentro de al menos cuatro meses y en seco, en la tintorería. También que si soy una tía molona lo que tengo que hacer es bañarme con ellos puestos en el mar y luego revolcarme por la arena de la playa, lo más normal. 

Otro punto súper importante que me dijo es que si los lavaba encogerían y volverían al inicio. OJO a ese aterrador detalle, que supondría tener que volver a pasar por el suplicio de enmorcillarme!

Mi marido me dijo que eso era una chorrada como la catedral de Burgos de grande y que lo de no lavar los pantalones es de guarros y guarrísimos. Entonces, yo le miré muy seria y le dije:

-Cari, no entiendes nada.

Así de contenta iba yo con mis vaqueros por la calle cuando de repente noto como la jodida catarata de Niágara cae por mi entrepierna. Qué coño Niágara, la puta Garganta del Diablo! 

Me había venido la REGLA. Y de qué manera, señoritas!!!!! 


No me lo podía creer. Me quedé completamente paralizada en medio de la calle y mi primer pensamiento fue:

-Dios mío, mis-va-que-ros! Que no los puedo lavar!

Acto seguido, en estado de shock como estaba, pensé que quizá había sido sólo una sensación exagerada mía, que a lo mejor me había caído un chorreoncito de sangre, nada grave, y que mis jeans aún estarían a salvo.

Me fui corriendo hasta el baño -despacio, para que la cosa no cayera a peor- y vi que aquello era una carnicería más grande que la que monta en 'Perdida' +++++OJO! pequeño espoiler en la siguiente frase, si no has visto 'Perdida' pasa directa al párrafo siguiente++++ Rosemund Pike cuando se carga a cuchillazos en la cama al Médico Precoz.

++++++ FIN del pequeño espoiler+++++++++++

Una burrada de sangre, nenas. Fatal, fatal. 

Me di mucha prisa en llegar a casa, porque todas sabemos que las manchas siempre se van mejor cuando aún no se han secado, sobre todo las de la sangre de menstruación. 

Las que habéis pensado que no metí los vaqueros en la lavadora y que lavé a mano sólo la -ENORME- mancha de sangre, habéis acertado. Con el jabón de aceite que hace mi abuela, frotando y moviéndome como las locas en pleno brote psicótico. 

Y ahí están mis putos raw jeans, secándose tendidos. Yo, que sufro de toda la vida de un serio sobreabuso de secadora, los tendí. 



Así que este lamentable incidente me ha recordado dos cosas:

-Ya os lo he dicho, soy retrasada mental.

-Mi amiga S. y yo somos dos tías con suerte. Ella hace un par de meses se cagó encima en plena calle. Se cagó por la pata abajo y su frase resume muy bien lo afortunadísimas que somos:

-Nena, me chorreaba hasta las UGG, menos mal que llevaba un vestido largo.

Un beso a todas.

Lula P.



Me lo merezco

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Nenas, tengo un nuevo objetivo en mi vida. Ya no quiero ser francesa, ni megafrancesa. En pocos días saldré de la crisis de los 35 y eso se merece un cambio drástico, un copazo de realidad. Un atracón de optimismo, coño.

Yo ya no quiero ser francesa. Yo lo que quiero es ser Elsa Pataky.



Me merezco ser Elsa Pataky.


No puedo soportarlo.

Me merezco ser El-sa Pa-ta-ky.

Es muy duro darse cuenta de eso. Es jodido ver que la muy cabrona ha pasado de ser la chacha rechoncha de ‘Al salir de clase’ a la diosa del vestido blanco que es ahora. Mientras tú y yo pasamos por la vida así, rendidas ante la gravedad, Elsa se va cincelando divina entregada al diapasón holiwoodiense.

Me merezco ser Elsa Pataky. Punto.

Y como me lo merezco, voy a empezar convenciéndome muy fuerte de que tengo que dejar de desayunar donuts por la mañana, de que iré al infierno si ceno pasta y de que el chocolate no existe más allá del patio del colegio ni más acá que las mochilas de mi hijos.

Os digo una cosa, hay que ser muy hija de puta para contar que comes esto 

Quitando la primera, el resto te hace sentir gorda, sebosa, glotona y colgandera. Y la guayona de Dahne Javich, obviamente, la peor, la más cabrona. A mí me gusta comer, joder.

Eso es comer? Just breath!

Dahne,  ya me caes mal.

Me merezco ser Elsa Pataky. 

Elsa se ha convertido en una diosa, pero en una diosa que come. Sano, ecológico y lo que queráis. Pero ese cuerpo se alimenta seguro, no solo respira.

Y se llama Elsa, como en Frozen. Seguro que mi hija me querría más si me llamara Elsa.

Merezco tener toda la mañana para hacer ejercicio con entrenador personal.


Merezco desayunar zumos verdes ecológicos.


Merezco tener el culo prieto, los brazos contorneados.

Merezco esa clavícula, coño.

Merezco ir a mi facialista cada dos meses.

Sí, nenas, porque yo tengo facialista. Me encanta tener facialista. Me fascina la palabra facialista y la digo todo el rato.

Voy cuando puedo pagarla y últimamente lo que hago es comprarme cero ropa y visitarla más a menudo. Más allá de las limpiezas de cutis con florines y peelings químicos, a mí lo que me tiene loca es la luzpulsada intensa para borrar las marcas en la cara. Mortal. Voy a contar un poco más este punto y así os creo un nuevo runrún. 

Un auténtico y caro runrún. 

Os jodéis.

La IPL intensa elimina las marcas que tienes en la cara siempre que no sean melasmas. En mi caso es milagroso porque mi piel hiperpigmenta alarmantemente con cualquier granito y herida que me haga. Una vez cura, el rosa se vuelve marrón oscuro casi negro y tarda un año o así en desaparecer. Un drama muy grande.

Con el láser (no os despistéis, en lugar de decir luz pulsada intensa, digo láser) esas marcas se vuelven una costra muy fina que se cae a los pocos días y con ello la marca desaparece por completo. Además, la creación de colágeno se activa, con lo que a la semana mi cara tiene más luz que una supernova.

Ese cutis grita IPL:


Lo malo es que engancha. Engancha de mala manera y cuando mi cara se descontrola y me sale algún granito ya estoy pensando, joder, tengo que ir a la facialista!!!! Y claro, me arruino mucho.

En la mía cada sesión cuesta 250 euros. Es mucho dinero, pero nenas, no me compro ni bragas y ya está.

Me merezco ser Elsa Pataky, os lo digo de verdá.


Por ahora he vuelto al Pilates con máquinas, que es lo mío, lo único que no me aburre. Probé el yoga y me duermo, además de que no soporto que todo el mundo respire tan profundamente que parezca que me quieran robar todo el oxígeno que hay en la sala. Con eso no me puedo concentrar, les oigo respirar como si no hubiera un mañana y me entra la angustia de la muerte.

Yo prefiero el Pilates, subirme en esas máquinas del demonio y creerme Nadia Comaneci. 

Y luego está el TRX, que hago una vez a la semana.


Me merezco ser Elsa Pataky y hacer Pilates y TRX todos los días. Y luego llorar, porque yo cuando hago TRX siento unas ganas irrefrenables de llorar.

Y quiero hacer boxeo. Os lo he dicho? Llevo un año queriendo.


¿He dicho que me aburre el yoga? Sí, me aburre, pero no me doy por vencida. Soy una tía que mola, perseverante, y vivo en una casa donde la gente respira con tranquilidad y llena de plantas que crean un ambiente lleno de oxígeno, así que he comprado el DVD de Nadia Narain para practicarlo en mi salón con mi hija de 5 años, que se pirra con el yoga que les enseña su profe después del patio. 


Dicen que Nadia Narain es la mejor y que ese DVD mola todo, así que ya os contaré qué tal me va.

Merezco ser Elsa Pataky y hacer yoga todos los días en la playa de Malibú. 


Ahora solo tengo que empezar a creerlo.

Un beso a todas.

Pd: Amo a Jax.

Pd2. Post dedicado a las dos hijas de Lady Peterson.

Enamorarse

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Me pasa con muy pocas personas y cada vez menos. Pero cuando me ocurre reconozco fácil ese sentimiento soberano y libre; indomable y narcotizante. 

Mis mejores enamoramientos me han durado (me duran) décadas. No os voy a hablar de mi marido, porque eso es amor y todo el mundo sabe que el amor es otra cosa, algo mejor pero infinitamente más aburrido. Por eso en esta vida la única salvación es conseguir salpimentar el amor con temporadas de enamoramiento.

Nenas, yo me enamoro a loco, a lo adolescente desatada. Me he enamorado de Marlon Brandon, de Tom Hardy, de Fassbender... De Jax. De Charlie Hunnam no, yo por quien lubrico es por Jax. Jamás una barba y una moto fueron tan importantes. 

Ay, Jax, me has roto el corazón.

Que me enamoro, nenas, que me enamoro del personaje de una serie, del protagonista de una novela, de un músico, de una familia (los Panero, los Fisher...), de un periodista, de un artista... de una modelo. No hay una regla fija, no me ocurre de forma sistemática y, ya lo he dicho, me pasa cada vez menos. Pero cuando surge, es un locurón.

Uno de mis primeros enamoramientos me ocurrió con Gia. De eso hace ya muchos años y aún me sigue dando un repullo el corazón cuando miro sus fotos.



Ves a Gia, con toda su tragedia y su belleza, y te das cuenta (una vez más) de que esta vida puede ser muy hija de puta.



Ves esas fotos y te entra el vértigo.




Esas imágenes maravillosas y geniales te dan miedo. 


Te dan miedo porque no puedes entender cómo una mujer tan guapa pudo acabar tan mal. 



Te dan miedo porque no comprendes cómo lo hizo para ser la primera supermodelo y en tan pocos años acabar desahuciada y prostituyéndose por una papelina de heroína. 

Antes que Cindy, antes que Linda, que Claudia y que Naomi, antes que Kate Moss... Gia fue la primera y si miras otra vez esas fotos (míralas, no dejes de mirarlas, no puedes) verás que parece que se tomaron ayer. 











Gia fue la primera en posar así, el resto que vino luego no tuvo más que copiarla. 




Fue la musa de Scavullo!!! La protagonista de la mítica editorial de Vogue con fotos de Von Wangenheim.




Mirad esas fotos, por dios, y enamoraos!!! 






En esa sesión con Von Wangenheim conoció a Sandy Linter, la maquilladora, y se enamoró de ella hasta las trancas. 




Dicen que durante el tiempo que duró esa relación Gia no probó las drogas. Eso dicen, pero a mi Sandy me cae fatal, así que desconfío de ese supuesto efecto redentor. La cara y los ojos de Gia sugieren más bien lo contrario, maldición y hambre de autodestrucción.



Un día de estos nos daremos cuenta de que estamos aburridas de no maquillarnos nunca y decidiremos que la vida es mucho más bonita y divertida con sombras de colores, labios brillantes y mucho, mucho colorete. 






Un día de estos, queridas, estaremos tan hartas de la falsa naturalidad que nos abandonaremos a los placeres del cepillo, la laca y el secador.






Un día de estos... Y seremos felices!





Gia era la mujer que mejor ha llevado el traje de baño entero. Joder, a nadie, nadie, nadie, a nadie en toda la historia de la humanidad le sientan mejor los bañadores.




Lo sé, es una palabra horrible, pero yo digo BAÑADOR.









También puedes entregarte al morbo de buscar las marcas de los pinchazos en sus brazos. Están ahí, sólo hay que fijarse un poco.




Y ahí.




Esta fue la última portada de Gia. 


Iba tan drogada que la sesión fue una pesadilla, muchas veces se quedaba dormida en medio de un trabajo o la liaba parda porque entraba en el bucle de su desesperación, de su politoxicomanía. 

Las heridas en sus brazos eran ya tan evidentes que Scavullo hizo que los escondiera detrás de la espalda, en una postura que más que disimular provoca misterio, belleza y terror.

Luego dijo que no, que en realidad le pidió esa pose para que pareciera más delgada. Gia había engordado unos kilos durante ese año (o dos) que estuvo olvidada por todos y entregada a la maldición y a los placeres de las drogas. Scavullo la rescató y le regaló su última portada.




Después de eso, Gia cogió carrerilla. 



Se drogó hasta acabar con todo, en la calle y follando con cualquiera por una dosis. Una puta apaleada en los peores barrios de Nueva York que terminó contrayendo el virus del Sida y muriendo a los 26 años.









Dicen que fue cosa de su madre. Nadie del mundo de la moda acudió a su funeral. 







Un beso a todas.

Lula P.

PD: La película de Angelina Jolie es una puta mierda, os lo digo para que las que no la hayáis visto os ahorréis el trance. 

Por qué el boxeo NO es el nuevo running

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Escribo esto a las tres y cinco de la madrugada del que será el gran combate del siglo XXI. He dudado un poco en si debía o no torturaros con este texto en un blog que se supone de moda. Pero no os preocupéis, porque al final mi intención es hablar de eso, de moda, de las tendencias y el grado supino de ridiculez en el que caemos a veces. Especialmente cuando prejuzgamos.



Me gusta el boxeo. Concretamente, leer de boxeo, más si el escritor o periodista es norteamericano, con permiso del español Manuel Alcántara, elegante y efervescente cronista del noble arte del pugilato.

Ver, no veo tanto. Poco más que algún que otro extracto de combates históricos en Youtube que me han ayudado a entender todo eso un poco mejor.

El de esta noche es el primero que veo en directo. Dejo esto claro desde el principio porque nada más lejos de mi intención que parecer una impostora, de esas personas que cuando hablan de boxeo parece que hayan dado de mamar a Sugar Ray y puesto el chupete a De la Hoya. 



Si voy a ver este combate es, sobre todo, porque soy incapaz de permanecer impasible ante un suceso potencialmente histórico. Si pienso que algo que ocurre o está a punto de ocurrir puede convertirse en hito de nuestra historia, me intereso de forma inmediata por él e intento participar como pueda.

Aunque sólo sea oyendo, viendo y leyendo todas las noticias. 

Aunque sólo sea viendo una pelea entre dos hombres a las cinco de la madrugada.

Ese es el motivo principal, luego hay varios más que se simplifican en una sola sensación: curiosidad.



Me gusta el boxeo. Me gusta leer de boxeo. Mailer hace que me estalle la cabeza de placer y de dolor y frustración. Pagaría'Cincuenta de los grandes'por poder escribir siquiera dos líneas como esas bestias de la literatura universal, como esos osos pardos del periodismo

Sin florituras, directos, bellos (poesía, coño!), con apenas subordinadas, sin circunloquios ni perífrasis verbales. Me gusta leer boxeo porque ellos y ella hacen que parezca fácil lo que se escribe difícil.



Tom King, por dios santo, si lo hubiera escrito algún escritor de ahora que yo me sé habría acabado siendo un viejo hambriento y llorón. O peor aún, cursi.

Y su bistec, un filet mignon.



Soy vanidosa, superficial y esnob, pero me gusta pensar que sé reconocer lo auténtico. Me abrazo sin remilgos a lo pasajero, pero me resisto a creer que soy tan boba como para no distinguir la verdad de lo superfluo.

Un querídisimo amigo, una de mis personas favoritas, me ha dicho hoy (supongo que en un intento de buscarme las cosquillas), "el boxeo es el nuevo running". 

Y no.

El boxeo es un deporte (que no juego, Alcántara mediante) triste, muy triste. Bello, primitivo y descorazonador como pocas cosas en este mundo. 

Pero sobre todo triste. De una tristeza poética y animal, sucia, maloliente y pobre. Por esos los hipsters y modernas nunca podrán ponerlo 'de moda'. Lo intentarán, eso seguro. Ya hemos visto por ahí a alguna guayona haciéndose fotos con los guantes de Everlast. Pero no. Lo que esas caras bonitas hacen nunca puede llamarse boxeo. Si acaso aerobic con guantes (eso que al final yo acabo queriendo hacer una y otra vez).




El boxeo no es un deporte de hipsters y modernas, no. Porque si hay un deporte menos snob y más verdad, ese es el boxeo. Por eso nunca podrá ser el nuevo running, porque cualquiera puede salir a correr pero muy pocos están dispuestos a que les rompan la cara y justo después volver al ataque para que les destrocen la nariz o la ceja. 




El boxeo no es el nuevo running, porque lejos de Las Vegas, el resto de rings está en tristes, lánguidos y pobres gimnasios de barrios periféricos que no se digna a pisar un hipster ni una moderna. Gimnasios mundanos y de lírica decadente, lejos de las calles ecológicas y de sus cafeterías perfectas, acogedoras y tan a la moda. 

El boxeo es flexible y curvo, aunque se practique en un cuadrilátero, y al final, como esta línea que estas leyendo, no necesita adjetivos de más. 




Un beso a todas

Lula P.

 

El runrún del cocodrilo

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Este blog tiene las mejores lectoras del mundo. Molan tanto que hasta comentan un post sobre boxeo aunque a muchas el boxeo les importe una soberana mierda.

Gracias a todas las que habéis comentado las entradas anteriores. Para mí lo mejor de esto es reírme un rato cuando os leo. Y a las que estáis ahí sin decir ni pio os digo una cosa: sois unas cabronas, despertad, que si no esto no funciona!

Gracias por comentar hasta cuando el tema os la suda, por seguir este blog durante tantos años (algunas desde  2006, en aquel primer 'armario'), por aportar vuestros propios runrunes y por decirme cosas bonitas que me alegran el día.

Cuando os leo me vengo arriba! Gracias.

Iba a hacer una entrada sobre la gala del Met, pero como queríais un post de runrunes decidí poner sólo unos cuantos comentarios en Twitter.

Así que aquí va vuestro post runrunero. Os lo merecéis coño!

-Polo Lacoste. Sí, esa misma cara de 'eng!' es la que puse yo el otro día cuando me compré el mío. No sé qué parraque me dio, pero entré en la tienda como poseída y cogí uno azul marino. Es de mujer, con lo que queda holgado sin ser oversize. Pensé que con uno de tío parecería Elle Degeneres. Y no es necesario.


Yo jamás he tenido un polo, pero siempre me han gustado los de Lacoste. Son un poco pop, sugieren luz y agua mineral. Y el cocodrilo, claro, que no puede ser más bonito (aunque en mi polo no sea verde ni tenga la lengua roja, es del mismo azul marino).



El mío es con lavado vintage y aún no sé cómo me lo pondré para no parecer una pija rancia. Algo se me ocurrirá. En ese momento pensé en Jackie Kennedy, Allie Mac Graw y Match Point. Ya os contaré si consigo gustarme con él.

-Reebok Classics. No sé qué cojones me pasa. Entre los 501 y esto voy a parecer Letizia Sabater en 'A mediodía, alegría'.

 Lo mío es muy grave, troncas.

 De niña tuve unas blancas que me puse a diario hasta que de tantos agujeros mi madre las tuvo que tirar con nocturnidad y alevosía. Muy fuerte. Un drama.



El otro día encontré exactamente estas por 35 euros y me volví muy loca de (a mediodía!) alegría. Nunca he sido zapatillera, pero ahora entre estas y las Stan Smith voy a parecer la Barbie deportista.

-Equipment Signature sin mangas. Me la regalaron por mi cumpleaños, en blanco, y aunque parezca doñaletiziera os juro que puesta mola tanto que hasta me entran ganas de llorar. Lo importante es comprársela un poco grande. 

Lo sé, no me creéis, pero os lo juro! 

Hacedme caso. Cero Leti.



-Multiple de Nars en Copacabana. Ya sé que todas conocéis este runrún, que no os estoy descubriendo Roma. Hacía años que cruzaba peregrino por mi mente, pero yo no le hacía ni puto caso. No sé porqué. Siempre que leía de los Múltiples pensaba que eso era un rollo repollo.




El pasado enero me entró la parraca (como podéis comprobar soy muy de que me entre la parraca) en el Corte Inglés de Castellana. Era uno de esos días que tienes muchas ganas de gastar dinero porque #tecreesrica pero no sabes en qué, así que me topé con el corner de Nars y sin darme cuenta ya lo estaba pagando.

Y os digo una cosa, es la polla.

La polla nivel Meteoritos de Guerlain. 

Yo no sé si me lo pongo bien, pero me gusta mucho el efecto que me hace. Es muy sutil, ligeramente brillante, te da luz (obvio) y te deja la piel esponjosa. 

Recalco una vez más: es la polla con cebolla.

-Makeup Gia Style. Ya os,lo dije, quiero que vuelva el maquillaje excesivo de los años 80. No me maquillo y cuando lo hago apenas se nota. 

Soy aburrida. Y vosotras también! 

Quiero sombras verdes y azules y naranjas. Y colorete y labios fucsias y hasta dorados. 

Divirtåmonos un poco, joder.



Y hasta aquí hemos llegado.

Ahora os toca a vosotras decir los vuestros.

Un beso a todas

Lula P.



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