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Channel: El Armario de Lula
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Criticonas boom boom

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Está pasando. Son una puta secta. Otra puta secta. Por si no teníamos bastante con las putibloguers ahora tenemos que aguantar a las criticonas. Ayyyy santamariapurisima, las criticonas, esas a las que el blog se les sube a la cabeza y en su paranoia se acaban creyendo periodistas de raza aunque no sepan hacer la O con un canuto y su entradas duerman hasta a un mono tití.

No os preocupéis que ahora lo explico un poquito mejor, seguid leyendo, que hoy vengo aquí a criticonear.

Ya que está de  moda.




Generalmente sus blogs son bastante Zzzzzz, aunque se creen expertas. Siempre criticonean con desprecio hasta la crueldad a periodistas de medios tradicionales (tanto en su versión impresa como digital) y la mayoría de sus víctimas (profesionales, ojo) escriben en revistas o semanarios. NUNCA se critican entre ellas. Ya pueden escribir cualquier mierda, que les da igual, se pajean unas a otras y siempre son muy fans del resto de miembros de la secta (bloggers todas y todos, claro).

Y hablo en femenino porque sí, pero podría hacerlo en masculino perfectamente porque más de una comida de polla absurda he leído por ahí.

Criticonear, igual que cotillear, es un ejercicio divertido e incluso liberador, pero para hacerlo hay que respetar dos reglas muy sencillas:

1- Criticonea sólo en privado y con gente de máxima confianza. Si tienes alguna duda de alguien, por pequeña que sea, cierra la boca y no digas ni Pio. Jamás hay que ser desubicada, jamás. No aceptamos Twitter como animal acuático.

2-Si eres una persona falta de prudencia y te la suda la primera regla, intenta al menos no ser un personaje carente de virtud. Respeta a los que saben más que tú sobre algo y aprende. Que los miles de followers no se te suban a la cabeza, querida, porque eso no significa nada, son sólo un número, putos followers y los followers se pueden comprar (empiezo a pensar que todas han hecho ese acto patético que les pega todo).

Respeta, repito, a los que saben hacer algo mejor que tú porque quizá un día tú tendrás que hacerlo y entonces te retratarás en tu ignorante condición de criticona.




No me digáis que dé nombres porque no me da la gana, además, son demasiadas. Y ya que con este post criticón estoy rompiendo la primera regla, intentaré al menos ser una criticona virtuosa y mantenerme fiel a la segunda.

Mejor me pongo poeta, a ver si lo entendéis ahora con la metáfora del huevo frito:

-Yo no puedo decir que vería cumplido mi sueño si me ficharan en la cocina de los hermanos Roca porque yo no sé hacer bien ni un puto huevo frito. Si me ficharan sería un fichaje falaz, pura reducción al absurdo. Mi sueño tendría que ser, sencillamente, aprender-a-cocinar. Hay dos palabras hermosas en el DRAE que en este punto conviene recordar: Humildad y honestidad.

Si encima pongo a parir a cocineros profesionales que fríen los huevos mejor que yo, pues entonces merezco pillar hongos en un baño público.

Si para rematar me paso la vida dando el coñazo diciendo lo mal que fríen los cocineros (profesionales) los jodidos huevos y luego, de repente, un día me piden que fría yo el mío y me sale un huevo frito mierdero-MEDIOCREEEEEE pues entonces merezco que me corten la cabeza.

Y lo peor, sin lugar a dudas, lo imperdonable, es que ninguno de esos blogs tiene sentido del humor. Es lo que tiene darse tanta importancia, que se te escapa la vida sentando cátedra y te olvidas de reír.

Creo que con esto ya he vomitado suficiente por hoy, ahora podéis darme la razón o criticonearme y decir que tengo envidia.

Envidia, esa gran palabra que de tanto que la usan ya no significa nada.

Besos y amor para todas.

Lula P.

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