Las dos únicas cosas que me relajan son follar y cocinar. No sé meditar, no me sale. Cuando hago Pilates voy como una moto y no consigo desconectar. Con el yoga peor aún, hasta me angustio.
Sólo consigo vaciar mi cerebro y darle al pause cuando follo o cocino. Lo curioso es que con la cocina también tengo como una especie de libido loca, igualito que con el sexo. Hay épocas en las que lo hago todo el rato y muy laboriosamente y otras en las que me muero de pereza y acabo preparando una cena rápida.
Y no, entre tanto niño, tanto trabajo y tanta mierda en las noticias no se nos puede olvidar lo importante que es pegarte varias horas de sexo lento y relajante. Lo sé, con hijos la cosa se puede complicar, pero la tele en estos casos es una aliada poderosa y perfecta.
Si preferís la noche, os digo lo que me dijo mi comadrona después de tener a mi primer hijo: tú no te preocupes por tener al bebé durmiendo ahí al lado, los efluvios del amor son lo mejor para un lactante.
A lo que iba, el porno.
No soy consumidora habitual de porno, pero tampoco le hago ascos. Cuando era jovencita tuve épocas en las que sí veía más, aunque al final siempre acababa olvidándome o hartándome de él.
Pero hace unas semanas el porno volvió a mí. Y de qué manera, señoritas!
Un porno limpio y didáctico, que me ha servido para recordar lo que comentaba 10 líneas más arriba, que pocas cosas hay mejores que una sesión de dos horas de sexo fisioterapéutico, esponjoso y burbujeante.
Los vídeos de Hegre-Art son la trufa blanca de la carta.
Me refiero en concreto a los centrados en masajes sexuales. Los hay de mujer a hombre y de mujer a mujer. Me sorprende que no he encontrado ninguno de hombre a mujer, aunque ya os digo que los he descubierto hace poco y aún ando bisoña en el asunto.
¿Habéis hecho alguna vez una receta siguiéndola en video a través del IPad? Pues lo mismo. Tú coges, tumbas a tu pareja y te pones la tablet cerca mientras intentas imitar los movimientos de la masajista que sale ahí, una diosa Shiva de cuatro brazos. Qué digo cuatro, yo veo mínimo ocho manos!
Esmérate. Concéntrate. Ve a por la matrícula de honor.
Si no tenéis tanta confianza con la pareja, siempre podréis estudiaros los vídeos en casa, muy aplicadamente, y luego ponerlos en práctica como si hubieras nacido sabiendo eso tan gracioso y delicado que se hace en el prepucio.
Y viceversa, nenas, que yo -eso os lo puedo jurar- soy de las que dá sólo si recibe. Ya os lo he dicho, en unos vídeos el que se tumba a disfrutar es un hombre y en otros, una mujer. Hay para todos, duran algo menos de media hora y Frozen o Star Wars se pueden alargar hasta las dos.
Detrás de todo esto hay un noruego de 46 años, Petter Hegre, un fotógrafo que (según leo en una búsqueda rápida en Google) trabajó con Avedon y ahora vive en Barcelona.
Como no es plan que capen este blog por contenido sólo para adultos, os pongo las fotos que le hizo a su mujer mientras practicaba yoga.
Imágenes bonitas y relevadoras de esa palabra mágica que lo facilita todo:
Flexibilidad.
Un beso a todas
Lula P.