Quizá no sea tan guay como llamarse Apple, pero casi.
Desde hace unos años, todas las guayonis quieren llamarse Lola. Sobre todo las americanas y las inglesas. Y como ellas se llaman Kate o Kristen o Jeniffer, pues ponen Lola a sus hijas. Como si supieran pronunciarlo, cágate.
Esas guayonas ignoran la cantidad de perros que se llaman Lola y que en realidad las auténticas Lolas son Dolores o María Dolores. Eso es así. Inevitablemente así. Las Lolas tienen el yo dividido en dos: el yo cool y el yo vintage. Quizir, Lola is cool. Dolores is vintage.
Y cantan a los Kinks como si la Lola de la canción no fuera un travelo.
Pero la auténtica verdad absoluta es que la mayoría de las Lolas escupiría a los vecinos que aún se empeñan en llamarlas Dolores. Aunque eso es algo que sufren en silencio porque no es plan ir de histérica por esta vida. Las Lolas histéricas, cuando lo son, lo disimulan relajadamente.
Las Lolas no son Mias ni Gretas ni Chloés… No tienen ese toque chic ni esa finura superlativa y coolest de las Mias-Gretas-Chloés. No tienen el acento intelectualoide de las Fridas ni tienen que ser guapas por cojones como las Sofías.
Las Lolas son producto de temporada. Hay épocas en las que son lo más por el puro exotismo de sus vocales abiertas, que junto a las eles provocan ese sonido sexual que representa su nombre.
Pero en otras épocas son cañís. Nombre de vieja como Clotilde. De lumpen como Gertrudis. Durante esos años, no puedes ser guapa si te llamas Lola.
La buena noticia es que las Lolas lo van a petar. Lola será el nombre del verano.
Pues eso, que se llevan las Lolas.
Y lo peor y más insoportable es que resultará que llamarse Lola es el colmo de la modernez.
En serio, soy modernofóbica.
Así que perdonad, pero dejadme que me corte las venas…
Sí, pienso ver Lola Versus y seguramente vomitaré aunque sea potable. Veré que aún eres guay si llevas vestiditos de flores y pitillos y bailarinas y haces como que lees a Foucault y que te corres escuchando a Coldplay.
O a lo mejor resulta ser un peliculón y yo habré demostrado una vez más que ser tan cínica es uno de mis graves defectos.
Besos a todas.
Lula P.
Desde hace unos años, todas las guayonis quieren llamarse Lola. Sobre todo las americanas y las inglesas. Y como ellas se llaman Kate o Kristen o Jeniffer, pues ponen Lola a sus hijas. Como si supieran pronunciarlo, cágate.
Esas guayonas ignoran la cantidad de perros que se llaman Lola y que en realidad las auténticas Lolas son Dolores o María Dolores. Eso es así. Inevitablemente así. Las Lolas tienen el yo dividido en dos: el yo cool y el yo vintage. Quizir, Lola is cool. Dolores is vintage.
Y cantan a los Kinks como si la Lola de la canción no fuera un travelo.
Pero la auténtica verdad absoluta es que la mayoría de las Lolas escupiría a los vecinos que aún se empeñan en llamarlas Dolores. Aunque eso es algo que sufren en silencio porque no es plan ir de histérica por esta vida. Las Lolas histéricas, cuando lo son, lo disimulan relajadamente.
Las Lolas no son Mias ni Gretas ni Chloés… No tienen ese toque chic ni esa finura superlativa y coolest de las Mias-Gretas-Chloés. No tienen el acento intelectualoide de las Fridas ni tienen que ser guapas por cojones como las Sofías.
Las Lolas son producto de temporada. Hay épocas en las que son lo más por el puro exotismo de sus vocales abiertas, que junto a las eles provocan ese sonido sexual que representa su nombre.
Pero en otras épocas son cañís. Nombre de vieja como Clotilde. De lumpen como Gertrudis. Durante esos años, no puedes ser guapa si te llamas Lola.
La buena noticia es que las Lolas lo van a petar. Lola será el nombre del verano.
Pues eso, que se llevan las Lolas.
Y lo peor y más insoportable es que resultará que llamarse Lola es el colmo de la modernez.
En serio, soy modernofóbica.
Así que perdonad, pero dejadme que me corte las venas…
Sí, pienso ver Lola Versus y seguramente vomitaré aunque sea potable. Veré que aún eres guay si llevas vestiditos de flores y pitillos y bailarinas y haces como que lees a Foucault y que te corres escuchando a Coldplay.
O a lo mejor resulta ser un peliculón y yo habré demostrado una vez más que ser tan cínica es uno de mis graves defectos.
Besos a todas.
Lula P.